martes, 18 de julio de 2017

“El cuento de la criada” pesadilla futurista de las mujeres, con temas candentes del presente

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La serie The handmaid's Tale “El cuento de la criada”, basada en la novela homónima de Margaret Atwood (1984) narra una distopía, basada en una sociedad teocrática misógina, donde una crisis medioambiental ha provocado una perdida de fertilidad de la población, dejando al país sin apenas nacimientos, donde las mujeres son propiedad estatal, sin derechos legales de decisión sobre sí mismas, y donde la homosexualidad está perseguida.

De esta manera se justifica en la ficticia república de Gilead, que se clasifique a las mujeres por su fertilidad,y en donde el control de las mujeres a través de sus cuerpos, las deja sin libertad para elegir sobre su vida y su reproducción.

Así las criadas, mujeres fértiles al servicio del estado,se las destina a la función de procrear niños para los comandantes y sus esposas, a los que entregarán una vez los den a luz, mediante un ritual de violación al que llaman “la ceremonia”, en donde están presentes sus esposas. También están las «Marthas», quienes se ocupan de las tareas domésticas, y las «Tías», mujeres de cierta edad,muy parecidas a monjas, que instruyen convenientemente y por métodos violentos, a las futuras Criadas.

A la protagonista, le ha sido reemplazado su verdadero nombre por Defred, estando compuesto de una partícula que denota propiedad más el nombre del comandante de la casa, a la que es asignada la criada. Pero este cambio de nombre supone también una pérdida de identidad de la protagonista.
Al recibir su nombre la criada acepta su destino que es dar descendencia, a quienes no pueden tenerla y pueden costear un lujo como ella, reduciéndola a ser una “vagina con patas”, aniquilando todo resquicio de su anterior pasado, una vida plena junto a su marido y su hija.

La serie es un estremecedor relato que trata temas tan candentes en la actualidad como los vientres de alquiler, la libertad sexual, la ablación, los fundamentalismos religiosos, el robo de niños, el puritanismo, los desastres medioambientales,la persecución de la homosexualidad, entre otros. Margaret Atword no quería narrar nada que no hubiera ocurrido ya en el pasado, no se basó en hechos hipóteticos sino de situaciones que ya han pasado. ”A las mujeres les da mucho miedo tan solo con pensar, lo que podría ocurrir, en una sociedad teocrática, como la que soñaban los primeros puritanos, y se instaurara el patriarcado más férreo”.

El tema del vientre de alquiler está de pasmosa actualidad, al haber voces a favor de legalizarla en España, donde está prohibida. ¿Es la maternidad o paternidad un derecho? No, no puede serlo cuando se trata de mercantilizar con niños y niñas, cuando bajo el supuesto altruismo de las mujeres, se esconde un sistema de desigualdad en donde las mujeres con menos recursos se ofrecen previo pago y bajo pérdida de derechos sobre su cuerpo durante la gestación, a un mercado de vientres de alquiler, para que algunas personas colmen sus deseos de paternidad o maternidad.
Ello implica el control sexual ,la mercantilización, el tráfico y la creación de granjas de mujeres. Un embarazo en sí no es una técnica de reproducción asistida.

No dejo de preguntarme como empezó todo, como no fui capaz de ver todo lo que estaba comenzando”(Defred)


El tema que plantea el cuento de la doncella, y que hace que nos remueva por dentro, es que narra la subida al poder de un estado teocrático no musulmán de corte totalitario en el país más poderoso del mundo y con una democracia y ahí es donde las mujeres occidentales ven la posibilidad de que su mundo se tambalee ante lo que puede suceder ante la pérdida de libertades y de derechos que estamos sufriendo las mujeres, y que tanta lucha ha costado.
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La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos hace que el argumento del libro y la serie estén más de actualidad que nunca, pues no olvidemos que a este señor lo han votado más de 60 millones de personas, pregonando en sus mítines que se tendrían que castigar a las mujeres que aborten.

El secuestro de las niñas nigerianas por el grupo terrorista Boko Haram, convertidas en esclavas sexuales no es una cosa inventada, ni una cosa del futuro, sino que está pasando actualmente con la connivencia de la comunidad internacional, que no ha hecho nada por remediar estas situación. Así, como la muerte de adolescentes y niñas lapidadas, incluso por violación y la aberrante práctica de la ablación que se da todavía en muchos países. Pero ¿que hubiera pasado si hubieran sido raptadas de un instituto de secundaria del llamado “primer mundo”?

Estableciendo un cierto paralelismo con lo que sucedió en la dictadura española, desde el estado se preconizó a través del nacionalcatolicismo y su sección femenina, el control de las mujeres, con toda una oda de sumisión de la mujer a su marido, a los valores que preconizaban la función de las mujeres como madres-esposas y cuidadoras de su hogar ,sin derechos para tener su propia cuenta bancaria, su propio negocio y donde el adulterio en el caso de la mujer estaba penado, pero no en caso de los hombres.

El escándalo de la monja Sor María ,que durante décadas repartió bebés robados en las clínicas en las que trabajaba, desvela que practicamente los derechos de muchas embarazadas jóvenes y sin recursos no existían, donde había una trama de tráfico ilegal de bebés y adopciones irregulares en los que estaban detrás médicos, abogados,jueces,curas etc, para vender a los niños a familias pudientes que no podían tener descendencia, bajo la justificación de que así los bebes podrían tener un futuro mejor. Pero este hecho no es exclusivo de España, sino que también con niños desaparecidos en Argentina o países de Europa después de la guerra


En determinadas circunstancias puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”

Otro de los temores que se evidencia en la novela,es el temor a un mundo desecho por la polución, la radiación y la infertilidad, que se manifiestan durante este periodo de tiempo con el poderío nuclear, los bajos índices de natalidad y la degradación del medio ambiente.

No te deja indiferente, porque provoca el desasosiego y la intranquilidad para que la espectadora conciba la historia como un aviso de aquello que puede llegar a suceder en su propio tiempo, y que puede llegar sin apenas darse cuenta. En definitiva, invita a la reflexión para que nuestra visión de la sociedad sea más crítica y más reivindicativa.

Nolite te bastardes carborundorum” (No dejes que los bastardos te carbonicen) es la frase que en la novela de Atword se convierte en una oración en un conjuro y en un slogan. Pero también nos anima a que estemos alerta a los pequeños gestos que en los acontecimientos sociales se dan, que pueden lograr que la libertad y la autonomía de las mujeres pueda quedar supeditada a la misoginia y la violencia más extrema.

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