miércoles, 25 de noviembre de 2015

Mi niña lleva zapatitos de tacón



hipersexualización, infancia, educacion, imagen
Actualmente existen una amplia gama de productos y servicios destinados a la imagen corporal  de las mujeres y niñas, con el fin de que su imagen se parezca vez más a la de una mujer entre los 17 y 24 años. Como muestra, podemos observar el aumento de la oferta de maquillaje y lencería para niñas, además de casos de pequeñas que van a clase con tacones altos y labios pintados.

Esta imagen que se vende a través de la publicidad y los medios de comunicación, el cine o espectáculos, afecta a todas las etapas vitales de la mujer, pero especialmente preocupante en la etapa infantil.

 “Se sexualiza a las niñas al mismo tiempo que se infantiliza a las mujeres”

Estamos hablando de la hipersexualización infantil, que es un concepto creado hace unos años por la sexóloga canadiense Jocelyne Robert para referirse a la "representación de los niños y niñas como una especie de adulto sexual en miniatura”, pero en gran medida afecta principalmente a las niñas.

Existen empresas dedicadas al ocio infantil, donde las familias llevan a sus hijas a hacerse la manicura, pedicura, a una sesión de spa, maquillaje y peluquería e incluso las presentan a concursos de belleza infantil, alegando que eso “no tiene nada de malo”, que detrás de todo esto “hay una filosofía educacional de higiene corporal, alimentación y bienestar”. Pero aunque se haga con la mejor de las intenciones ¡Nada más lejos de la realidad!

La comunidad experta en psiquiatría advierte que, a estas niñas que han recibido un mensaje de hipersexualización, se les está ocasionando un daño irreparable para el desarrollo de problemas físicos y psíquicos en la vida adulta.

Tenderán a construir su autoestima en base a esa imagen corporal hipersexulizada, y aprenderán a valorarse en función de su atractivo físico, construyendo su autoimagen en relación al impacto que causan en otros, sin tener en cuenta otras características personales y eso tendrá consecuencias cuando ellas inicien su vida sexual.

Igualmente, las fotos sexualizadas de niñas en poses provocativas, transmiten una carga erótica que desconocen las menores cuando participan en estas sesiones fotográficas, y son presentadas como si las niñas ya tuvieran una sexualidad de una persona adulta, lo cual es pernicioso para la imagen y la vida de las pequeñas. De esta forma,  se precipita el salto de las menores a la vida adulta y “ni su cabeza ni su mente están aún preparadas para ello”.

 Por su parte, la Asociación de Psicología Americana manifestó su preocupación "por el hecho de que la ropa, los juguetes, los cosméticos, los videojuegos, las películas, los personajes de ficción, los dibujos animados y los medios de comunicación dirigidos a los más pequeños de la casa (en torno a los cuatro años) ya empiezan a hacer énfasis en los atributos eróticos, fundamentalmente de las niñas, y del rendimiento personal que se le puede sacar al atractivo sexual.

No es casualidad, la presencia en edades cada vez más tempranas de trastornos de la conducta alimentaria. Actualmente, se está produciendo un incremento de enfermedades que eran propias de la adolescencia, en niñas cada vez más pequeñas, que se sienten angustiadas porque no quieren engordar. La preocupación excesiva por el físico en el entorno familiar,   es un espejo donde las niñas se miran, con una preocupación obsesiva por las dietas y por el número de calorías proporcionadas por los alimentos. Porque las dietas, las debería prescribir el médico, si es oportuno para su salud, pero no porque su imagen deba responder al canon de belleza que impone la sociedad actual.

Las niñas y niños deben vivir su infancia jugando, ni pidiéndoles que piensen y actúen como personas adultas, ni estando pendientes “del color de su manicura o su maquillaje”, porque lo que tienen que hacer es correr, explorar y descubrir  y no relajarse en un spa.

Una buena protección de la infancia, se debe promover con una legislación adecuada en cuanto que regule los contenidos sexuales en los medios de comunicación, publicidad, internet, entre otros.

La escuela y la familia son dos ejes fundamentales para prevenir la hipersexualización, ofreciendo una adecuada educación sexual desde edades muy tempranas; cuanta más información se tenga, mucho mejor para aprender a tener una actitud crítica sobre “el bombardeo de imágenes falsas de lo que deberíamos ser o llegar a ser” que nos llega a través de anuncios, programas de televisión, videoclips, moda, revistas, películas, juegos, muñecas y un largo etcétera. 

Es necesario mostrarles lo que parezca inadecuado o lo que corresponda con una imagen distorsionada de la realidad, para su etapa de desarrollo, y si  en algo convergen la mayoría de personas expertas en este tema, es que "cuando más tiempo se disfrute la infancia, mucho mejor". 

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jueves, 19 de noviembre de 2015

Multinacionales textiles y desigualdades de género: “fast fashion” versus “ slow fashion”

moda, género, multinacionales


Durante siglos, la costura estuvo considerada como un trabajo femenino en manos de las mujeres e inapropiado para los hombres.

Las mujeres también gozaban de cierto control sobre la moda como marchantes, generando mujeres independientes y ricas, durante el antiguo régimen del París prerevolucionario.

 Esta implicación de las mujeres en la parte comercial del negocio, levantó suspicacias, y como en todas las profesiones cuando se empieza a comprobar que se puede generar dinero, aparecen en el siglo XIX nuevas ideologías que acaban recluyendo a las marchantes a la trastienda “donde se permitía coser y confeccionar pero jamás dirigir y controlar”.

 A esta situación hay que sumarle, la aparición del modisto moderno, que a su vez contribuyó al desmembramiento paulatinamente del control de las marchantes sobre el sistema de la moda.

La historia de la industrialización dentro de la industria de la confección y del sector textil está basada en un complejo sistema de explotación donde confluyen muchos factores.

“Poner al descubierto la industria de la moda, es poner al descubierto las interconexiones entre clase, género, raza y etnia, conexiones que tienen raíces históricas”. Phizacklea

Con la llegada de la mecanización para la producción de telas, la producción se trasladó del hogar a las fábricas, y los roles de género existentes en las casas se reprodujeron en ellas. De esta forma, las mujeres y los niños eran empleados para hacer funcionar los telares eléctricos y los hombres supervisaban. Esta división del trabajo era también una división de salarios y de posición social, puesto que los hombres ganaban más que las mujeres, que, por lo general, cobraban por pieza producida.
            
industria textil, discriminación de género, revolución industrial


La expansión del capitalismo de «mercado-libre , ha supuesto una búsqueda continúa para un mayor provecho de los fabricantes de la industria textil y confección, que siempre se han alimentado del trabajo de los obreros más vulnerables, mujeres de clase trabajadora, niños y nuevas poblaciones de inmigrantes.

Esta situación no parece haber cambiado en años, con el desarrollo de las empresas trasnacionales, y con su política de deslocalización de su producción .Con la producción basada en la estrategia comercial del fast-fashion(el fenómeno de la ropa desechable), se venden  múltiples prendas baratas , que son sustituidas con frecuencia.

Las maquilas, fábricas de multinacionales mayoritariamente del sector textil, situadas en  las zonas francas de exportación, son un buen ejemplo de ésto. Su plantilla formada principalmente por mujeres, está expuesta a condiciones infrahumanas de trabajo, donde continuamente se  violan los derechos humanos y laborales, en  un ambiente insalubre, con grandes repercusiones para su salud.

Además, el trabajo en casa, en pequeñas y hacinadas habitaciones, ha vuelto a estar en auge, afectando en su mayoría a trabajadoras, lo  cual, es todavía una forma más barata de producir, ya que reduce los costes  y aumenta los beneficios para las grandes corporaciones.

 La industria de la indumentaria ha estado siempre contaminada por una nociva
criatura conocida como el taller explotador [sweatshop]. La palabra conjura imágenes de lugares sofocantes y oscuros desvanes hacinados de mujeres y niños trabajando sin parar durante la noche por salarios que escasamente les llegan para comer. [...] Es la peculiar naturaleza de esta industria, cuyas condiciones pueden verse hoy en día más o menos tal como eran hace cien años”. Howard

La Campaña “Ropa Limpia”, que fue llevada a cabo por la ONG catalana Setem, en sus investigaciones y denuncias, ponen el acento en la política de deslocalización de su producción que llevan a cabo grandes firmas textiles y cadenas de moda españolas y de la mayoría de países occidentales en el Tercer Mundo, como sucede en Marruecos, con verdaderas situaciones de explotación laboral, extendiéndose también a otros países como Rumanía, Perú, Pakistán, la India y Malasia.

En contrapartida, existe un auge incipiente por la moda lenta o slow fashion, que intenta no fomentar el consumo indiscriminado de ropa, surgiendo como una respuesta de consumidores y creadores por igual, a la llamada moda rápida o fash fashion.
                                               
slow fashion, moda sostenible, desarrollo económico local


Con la filosofía de la “moda lenta” se pretende anteponer la calidad a la cantidad, donde las prendas duren más y que los consumidores tomen conciencia de la importancia ecológica, social y económica de la moda que consumimos. En definitiva, sostenibilidad y respeto: respeto a quien hace la ropa y respeto a quien la usa. Así, se propone la utilización de tintes naturales que no sean perjudiciales para la salud, se fomenta la economía y el empleo local, potenciando un sistema de contratación ética en condiciones laborales  dignas.
                                                      
slow fashion, moda sostenible, moda responsable


Para entender más sobre esta filosofía que inspira el slow fashion , Laura Martínez de Gansos Salvajes, en su artículo ¡Qué cara es la ropa sostenible! publicado en la  plataforma de moda sostenible de España , hace la siguiente reflexión:

¿Por qué la industria automovilística sube sus precios y mientas prolifera la industria de la ropa barata? La respuesta es clara, porque crece sobre la tierra fértil de la desvalorización de las mujeres. Las de aquí y las de allí.

Fuentes consultadas
-El cuerpo y la moda: una visión sociológica. Joanne Entwistle

martes, 20 de octubre de 2015

Educando "marichulos"



machismo, educación , estereotipos, género
Los hombres y las mujeres somos diferentes no sólo porque tengamos un sexo distinto, sino también, y sobre todo, porque aprendemos a ser hombres y a ser mujeres de maneras diferentes. Ya lo dijo Simone de Beauvoir “No se nace mujer:llega una a serlo”.

La socialización de los géneros en la primera infancia comienza al nacer y constituye un proceso de aprendizaje cultural de los papeles asignados a cada uno según su sexo, de actitudes, deseos, conductas, y aspiraciones de cómo tienen que comportarse y ser los niños y las niñas. Se diría que empieza en el momento en que se elige el color de la habitación de los bebés.

Lo que no encaja dentro de estos papeles asignados a ambos sexos,  son susceptibles de ser objetos de violencia simbólica como burlas, invisibilización, desprecio, pero además también de violencia física sobre los cuerpos. La importancia del cuerpo, de un físico trabajado, comienza a unas edades muy tempranas como un requisito de masculinidad. Lo endeble o enfermizo se rechaza al conectarse con lo femenino.

Niños que manifiestan cariño, que muestran interés en el cuidado de otros, que realizan tareas domésticas, que tienen relaciones de respeto y amistad con las niñas, son ridiculizados por sus familias y por sus compañeros, vistos como afeminados y no como “hombres de verdad”.

"El régimen heterosexista es misógino, sexista, adultista y homófobo, y enmarca a
aquellos hombres que no cumplen los mandatos de género y a cualquier rasgo femenino como una metonimia de las mujeres en tanto que seres inferiores ".
(Guasch y Borrillo)


Los niños aprenden fundamentalmente por imitación, y si los roles en su casa están muy marcados, tenderán a reproducirlos en la  edad adulta.  “Si los niños ven que sus padres también son cuidadores, que sus padres también hacen las tareas del hogar, van a verlo como algo natural”.


La casa y la escuela son, por lo tanto, espacios claves para cuestionar y desmontar el machismo, la discriminación y la violencia, pero no hay que olvidar el poder educativo de los medios de comunicación.

 A través de anuncios y programas se va transmitiendo información de los papeles propios de cada sexo que los niños y niñas van asimilando de forma inconsciente, llegándolos a integrar en sus comportamientos como algo natural. Se dice, que “lo que una escuela enseña durante cinco horas, lo destroza en quince minutos un mal programa de televisión”.

Muestran una versión estereotipada de lo que significa ser un “hombre de verdad”, donde la figura que impera es la de un hombre exitoso, competitivo y agresivo, sujeto a rígidos códigos de honor, en donde la competencia y la violencia se hacen presentes.

La violencia ante estos “otros” que no son
hombres verdaderos es una forma de autoafirmarse como “machos” ante sí mismos y ante los demás . (Badinter)


Muchos niños y hombres tienen una visión de la mujer como objeto sexual, un objeto del cual sienten que tienen derecho de apropiarse y consumir. Los medios de comunicación y el cine, muchas veces, favorecen esa idea de mujer objeto, desvalorizando y descalificando a las mujeres más aún cuando los mensajes televisivos coinciden con aquello que observan en las demás personas que les rodean.

Mensajes como los que se dan en la película de Disney  “La sirenita”, ilustran muy bien este hecho: Hablando mucho enfadas a los hombres, se aburren y no dejas buen sabor, pues les causan más placer las chicas que tienen pudor, ¿No crees que estar callada es lo mejor? (...) sujeta bien la lengua y triunfarás”.Claro ejemplo, lo encontramos también en el film “Aladdin”, donde en uno de los diálogos, el rey se lamenta de haber tenido una hija, porque ésta es desobediente y no quiere casarse con quién habían acordado.



También sucede lo mismo con los cuentos tradicionales, cuyos personajes si son masculinos son presentados como valientes fuertes e inteligentes, así como héroes o salvadores y sin embargo las niñas son presentadas como delicadas, miedosas, hacendosas y obedientes,  teniendo como premio al héroe o el príncipe, llevando en ambos casos ,una carga de valores y actitudes muy esteriotipadas. Por supuesto hay que resaltar, que las niñas desobedientes, traviesas y contestonas siempre acaban mal.

Así, se va dando forma a todos los valores, actitudes, jerarquías y creencias consideradas adecuadas para los niños y para las niñas, siendo conscientes desde edades muy tempranas de cómo deben comportarse y  con qué jugar según su género.


Pero lo cierto es que no hay juguetes, ni colores de niños o niñas.  No a todos los niños les gusta jugar al fútbol, ni a las niñas a las muñecas. Tanto los unos como las otras aprenden jugando.

De ahí, la importancia de desarrollar una visión crítica sobre los mensajes que se dan en los medios de comunicación y la conveniencia de educar en las aulas en pro de una actitud crítica ante las conductas violentas de algunos chicos. En definitiva, acciones pedagógicas orientadas a favorecer la emergencia de otras maneras de entender y de vivir la masculinidad, otras maneras de ser y de sentirse hombres. Educar a los chicos en la ética del cuidado de las personas, en el uso de las palabras y del diálogo, en la expresión de los sentimientos y de los afectos.


"Porque los chicos también lloran. Hay chicos que en la intimidad son amables
y afectuosos con sus amigas y novias, pero que en público, y ante la mirada de
sus colegas de la tribu masculina, las tratan con indiferencia y altanería".

Las personas machistas no nacen, se hacen. Nadie nace sabiendo cómo discriminar, cómo dominar, cómo agredir o violentar. Todo eso se aprende en el camino y es allí donde entran las familias, la escuela y la sociedad en general, educando en la oposición a cualquier tipo de violencia simbólica, psicológica y física contra las personas, proceso obligatorio si se quiere construir una sociedad comprometida con la equidad entre hombres y mujeres.

 Fuentes consultadas:
-¿La escuela es un infierno? Violencia escolar y construcción cultural de la masculinidad. Carlos Lomas. 
- Discursos de niños varones sobre la masculinidad en contextos escolares. Un estudio piloto. Universidad de Sevilla.
- Medios de comunicación de masas, educación informal y aprendizajes sociales. Ángel Liceras Ruiz. Universidad de Granada.